domingo, 22 de diciembre de 2013

corrupción devora a Pemex



Published on Jan 24, 2013
A Vender PEMEX, aunque las pruebas y los análisis de expertos digan que eso es una verdadera pendejada.





MÉXICO, D.F. (apro).- El Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) pidió a la Secretaría de Marina (Semar) que informe sobre los operativos que realiza para detectar el robo de hidrocarburos, condensado de gas y/o condensado de campo en instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex).

EL IFAI instruyó a la dependencia encabezada por Francisco Saynez Mendoza a realizar una búsqueda de la información correspondiente, luego de que se declaró incompetente y orientó a un ciudadano a buscar en la Secretaría de Gobernación (Segob) los datos solicitados sobre los objetivos y facultades del Grupo Interinstitucional para el Combate al Robo, Adulteración, Transporte y Comercialización Ilícita de Combustibles.

La Semar informó que el Grupo realiza sus operaciones a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT), mediante las denuncias que presenta Pemex, y que los asuntos legales están a cargo de la Procuraduría General de la República (PGR), por lo que sugirió canalizar la solicitud de acceso a la Segob y a la PGR.

El solicitante se inconformó con la respuesta e interpuso un recurso de revisión en el que señaló que aun cuando la Semar reconoció formar parte del Grupo, omitió dar respuesta a lo solicitado en función de su competencia, participación y facultades.

Bajo este contexto y de acuerdo con el análisis normativo, se identificaron diversos elementos para determinar que la Semar sí tiene competencia para conocer del asunto al ser parte integrante del Grupo.

A propuesta del comisionado ponente, Ángel Trinidad Zaldívar, el Pleno del IFAI determinó procedente revocar la incompetencia manifestada por la Semar y le instruyó una nueva búsqueda exhaustiva en las unidades competentes para conocer del caso, entre las cuales no podrá omitir a la Jefatura del Estado Mayor General de la Armada.





Ana Lilia Pérez vuelve a la carga en su denuncia contra la corrupción que devora a la empresa más grande de México: Petróleos Mexicanos (Pemex).

Después de haber puesto al descubierto las corruptelas que se cometen en las altas esferas burocráticas de la paraestatal en su libro "Camisas Azules, manos sucias", ahora la periodista presenta el resultado de otra reveladora investigación en la que pone la lupa sobre el llamado "Cártel Negro".

México: cómo el crimen organizado se apoderó de PEMEX

El cartel negro







Los ladronzuelos de poca monta fueron desplazados por cárteles de la droga que se disputan a balazos el control, tanto de ductos como de instalaciones petroleras mexicanas, declaró Ana Lilia.

Es una acusación muy grave. ¿Tiene usted pruebas?
“Sí. Tengo en mi poder documentos oficiales de PEMEX con reportes internos sobre robos, accidentes, sabotajes, incidentes vandálicos, ataques terroristas que ha registrado la paraestatal y que se mantuvieron en secreto. Desde hace años, tuve conocimiento de esta situación y solicité a Petróleos Mexicanos esos informes. PEMEX se negó, así que acudí al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), donde presenté una inconformidad.
Tras contrastar los argumentos de ambas partes, el IFAI falló a mi favor, es decir, por el derecho a la información de los ciudadanos”.

“PEMEX envió un equipo de diez abogados para convencer al IFAI de que esa información pondría en peligro la seguridad nacional, de que yo había solicitado demasiada información, que estaba haciendo un uso excesivo del derecho a la información. Finalmente, tuvieron que darme el material que solicité. Un militar, en las oficinas de PEMEX, me entregó siete carpetas, y lo hizo de mal modo y, con un tono de voz muy agresivo, me preguntó: ¿Qué va a hacer con eso? ¿Para qué lo quiere? ¿Para qué lo pidió si no sabe lo que va a hacer con eso?”

Ana Lilia Pérez, ya dos veces Premio Nacional de Periodismo, sabía muy bien qué pensaba hacer con esos cinco kilos de documentos: escribir ‘El cártel negro. El narco se adueña de PEMEX.’ En el libro, editado por Grijalbo y con un prólogo de Carmen Aristegui, la informadora revela cómo el crimen organizado se ha apoderado de PEMEX.

La licenciada en Comunicación y diplomada en Historia recibió muchos documentos en los que frases enteras, nombres o firmas fueron tachados con tinta negra. Aun así, la investigadora logró rescatar información importantísima.

Nuestra entrevistada sostiene que “frente al silencio oficial, el encubrimiento y, en el peor de los casos, la colusión de directivos y empleados de PEMEX, cada pueblo, cada plaza, cada región petrolera es disputada por las organizaciones criminales. Hubo muchas denuncias, advertencias y alertas desde el interior de PEMEX, pero no fueron atendidas”.

El condensado y La olla de miel
La Cuenca de Burgos, llamada también La olla de miel, en el noreste de México, es uno de los yacimientos de gas más productivos del mundo. En esa zona hay 2,827 pozos, nos narra nuestra entrevistada, quien nos recuerda que la comercialización de condensado a particulares en México está prohibida. La sustracción, el envasado y el trasiego de condensado requiere personal especializado y muy experimentado ya que ese hidrocarburo es muy volátil y extremadamente explosivo. Ésta es una de las razones por la que los cárteles empezaron a secuestrar ingenieros y técnicos petroleros. No bastaba robar carros- tanque (con capacidad de diez mil litros cada uno) que transportaban el condensado, sino que se abrieron tomas clandestinas y se hicieron ductos enormes para desviar el combustible.

En el libro, recién salido de la imprenta, se relata que, desde el 2007, se detectaron 323 tomas clandestinas en el Sistema Nacional de Ductos de PEMEX. Oficialmente se calcula que, anualmente, se sustraen hidrocarburos ilícitamente por un valor de 20 mil millones de pesos, es decir, casi mil millones de euros al año.

Por su parte, Ana Lilia Pérez opina que las cifras del desfalco son aún mayores, pues PEMEX no tiene sistemas precisos de medición, y los montos se manipulan para encubrir fraudes y robos de los mismos funcionarios de la paraestatal.
Nuestra entrevistada asegura tajantemente que “no solo hay robos en los campos petroleros, en los ductos, en los camiones repartidores de combustible y en las gasolineras, donde al automovilista le venden litros de 800 mililitros, sino que hay grandes hurtos planeados desde las elegantes oficinas de la empresa más importante de este país”.
La Cuenca de Burgos es el lugar donde se obtiene el 40% del condensado de México y, desde el 2006, el servicio de Migración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) descubrió la participación del Cártel del Golfo y los Zetas en el contrabando de hidrocarburos. Según cifras internas de PEMEX, en el 2007 todo el hidrocarburo que producía la Cuenca de Burgos se sustraía ilegalmente y se vendía en el mercado negro norteamericano.
Para colmo de males, La Olla de Miel está situada en una frontera medular para el contrabando de todo lo prohibido: drogas, armas e indocumentados. Además, esa zona es estratégica para los cárteles, pues tiene conexión directa con la autopista estadounidense 35, vía que atraviesa la mitad de Estados Unidos, precisa Ana Lilia.
En su libro, la investigadora narra con lujo de detalles cómo los cárteles de la droga hurtan el condensado, para contrabandearlo a Estados Unidos, donde es revendido a grandes compañías petroleras que, a su vez, lo revenden a otras que surten a los automovilistas norteamericanos.
PEMEX entabla juicios
‘El Cártel Negro’ devela que, en junio del 2010, PEMEX presentó en Cortes norteamericanas demandas contra compañías norteamericanas que compraron al crimen organizado combustible robado a México. Entre las demandadas se encuentran:
BASF Corporation, Murphy Energy Corporation, Trammo Petroleum Inc., BIO-UN Southwest INC y High Sierra Crude Oil Marketing.
En mayo del 2011, el jurídico de PEMEX presentó demandas contra otro grupo de empresas “potencialmente involucradas”, como Big Star Gathering Ltd, LLP, F&M Transportation Inc.; Joplin Energy, LLC; Hutchison Hayes Energy, LLC; Jeff Kirby; Plains All- American Pipeline, L.P; Sem Crude, L.P.; Saint James Oil, Inc.; Superior Crude Gathering Inc.; Western Refining Company, L.P; y Transmontaigne. Las personas físicas demandadas son James Jensen y Jeff Kirby. La autora afirma que, en las demandas, los abogados de PEMEX omitieron un detalle: en la mayoría de los robos están implicados empleados de la paraestatal y contratistas. La compañía Murphy surte combustible a las gasolineras que hay junto a cada supermercado Wallmart y Sams Club, en Estados Unidos.
Según la documentación de PEMEX, los abogados de las compañías argumentaron no conocer el origen ilegal del producto, a pesar de que muchas de las conversaciones telefónicas grabadas por la policía norteamericana, en la que se negocia abiertamente el combustible robado.
Secreto a voces
“Desde el 2006 México, estaba al tanto de esos robos,” continúa la informadora y autora del libro, “y si bien el área de inteligencia de la paraestatal lo notificó, los directivos de PEMEX decidieron callar y clasificar cada uno de los hurtos como información reservada por doce años. No se trataba de robos ocasionales ni de delincuencia común, sino de los cárteles de la droga más poderosos del continente, en complicidad con miembros del sindicato de PEMEX, políticos locales, policías, agentes aduaneros, empresarios y una enorme red criminal perfectamente organizada”.
Ana Lilia descubrió que, entre el 2001 y el 2011, PEMEX fue objeto de más de 40 mil “incidentes”. Durante ese período, el jurídico de la paraestatal presentó 2.611 denuncias por ordeña y tomas clandestinas pero, pero sólo 15 concluyeron en sentencia.
En el 2009, se detectó en Tamaulipas una célula de Los Zetas, de la que formaban parte empleados y contratistas de PEMEX que se dedicaban a extorsionar y secuestrar empresarios para expropiarles sus compañías. Estos grupos también han utilizado los campos de PEMEX para aterrizar y avituallar sus aeronaves.
¿Y el helipuerto?
Como si se tratase de una novela de ciencia ficción, al llegar a una plataforma mar adentro, los técnicos de PEMEX se llevaron la enorme sorpresa de que “alguien” se había robado el helipuerto. También fueron saqueadas tres plataformas marinas, cada una con un costo de 126 millones de pesos. Los ladrones cargaron con gabinetes, puertas, tableros, cables, tubería, alarmas, luces e incluso el pararrayos. ¿Quiénes podían llegar hasta esos remotos lugares, 20 kilómetros mar adentro? Solamente la Marina Armada de México y el personal de PEMEX pueden ir en barco o helicóptero a esos lugares estrictamente controlados por la paraestatal y la Capitanía de Puerto.
Los saqueadores necesitaron barcos de gran calado y grúas para deshuesar las plataformas de Yaxche-Bravo, Abkatún- Pl- Chuc y Litoral Tabasco. Se supone que esas plataformas son las áreas más protegidas. El desmantelamiento del equipo recién comprado evidenció el nivel de filtración del cártel negro en la empresa más importante de México, que produce el 40% del PIB.
El Presidente lo sabe
Ana Lilia Pérez encontró cartas de denuncia y advertencia sobre cómo el crimen organizado se fue apoderando de PEMEX. En una de ellas, fechada en septiembre del 2010 con el número de expediente DE/196/2010 y dirigida al presidente Felipe Calderón, un trabajador describe con precisión la complicidad entre el sindicato de PEMEX y los Zetas.
Las autoridades deben explicarnos cómo el cártel negro derrotó a todas las secretarías de Estado.
El petróleo y la patria
En los inicios del siglo XX, el petróleo en México estaba en manos de un puñado de compañías inglesas y norteamericanas que pagaban un impuesto ridículo al fisco mexicano y malos salarios a los trabajadores. En 1938, trabajadores petroleros se declararon en huelga, mas su pliego petitorio fue ignorado por las compañías anglosajonas. No obstante, el Gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río tomó partido por los sindicalistas, y el pleito laboral terminó con la nacionalización del petróleo, el 18 de marzo de ese mismo año. Desde entonces, el oro negro se convirtió en una enrome fuente de riqueza nacional y en la palanca de su desarrollo. México se industrializó y Petróleos Mexicanos se convirtió en la gallina de los huevos de oro. Desde los años cuarenta del siglo XX, el país ha vivido de la venta del petróleo, y, en la década de los setenta, la economía ya se había petrolizado y la zábila negra de la tierra era garantía para préstamos del extranjero.
PEMEX se convirtió en la caja chica del Gobierno, que la explotó y exprimió, y le cobraba impuestos enormes, mas sin invertir un centavo en ella. Desde la segunda mitad de los ochenta, los gobiernos neoliberales (Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón) intentaron privatizar esta lucrativa industria, pero las movilizaciones populares lo impidieron. Sin embargo, la corrupción en la paraestatal creció como un cáncer que se carcomía todo lo que tocaba.
PEMEX fue la caja chica de los gobernantes en turno; de ahí salieron fortunas privadas y ríos de dólares para las campañas políticas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó por más de 70 años.
Puesto que México vive de las remesas que mandan sus braceros y de PEMEX, el futuro del país está en juego.
Camisas azules, manos negras. El saqueo de PEMEX desde Los Pinos
Desde su nacimiento, el Partido Acción Nacional (PAN) enarboló las banderas de la democracia y la honestidad. En el año 2000, el PAN llegó al poder, sus miembros se enriquecieron sin rubor, y sus desfalcos hicieron palidecer a los priístas. El alumno superó al maestro.
En el 2008, Ana Lilia Pérez fue la primera periodista en documentar más de cien contratos ilegales de gas- PEMEX que Juan Camilo Mouriño, entonces Secretario de Gobernación, se auto adjudicó. En las páginas de la revista Contralínea, Ana Lilia siguió la pista de los fraudes a PEMEX cometidos por el círculo de amigos del hoy presidente, Felipe Calderón.
El escándalo rebasó ampliamente al Watergate, pero en el país de la impunidad, nadie llamó a cuentas al presidente Calderón y a sus amigos. Por el contrario, pese a que no habían cometido ningún delito, se adelantaron decenas de procesos civiles contra Ana Lilia Pérez, el director de la revista Contralínea, Miguel Badillo; el equipo de reporteros y hasta el caricaturista. La información sobre los contratos ilegales de PEMEX está perfectamente documentada.
Ana Lilia ha sido víctima de amenazas de muerte, persecuciones, acoso, decenas de procesos legales, órdenes de detención y hasta de una embestida presidencial contra la revista. Los artículos publicados en Contralínea dieron inicio a una investigación más profunda sobre el saqueo de PEMEX, esta vez desde el Gobierno panista y sus allegados.

En febrero del 2010, Ana Lilia publicó ‘Camisas azules, manos negras’.

Durante la elaboración de ‘Camisas azules, manos negras’, nuestra entrevistada consiguió muchos documentos oficiales que utilizó para la redacción de ‘El Cartel Negro’.
En tono muy serio y con aplomo, la joven reportera insiste en que, nadie podrá acusarla de mentirosa, pues todo ha sido plenamente documentado. “Solicité información a las instancias oficiales,” explica, “y eso se convirtió en una guerra muy desigual, pues a pesar de que el acceso a la información es un derecho, me respondían que yo abusaba de mi derecho a saber. PEMEX contrató a una decena de abogados que querían que todo quedara en el silencio absoluto, y que sostenían que yo abusaba del derecho a la información y que tengo fines ocultos. Nada de eso, no oculto nada, al contrario, lo publico.
En México, gran parte de la prensa ha decidido, por diversas razones, callar. Por tal razón, yo afirmo que es indispensable que los periodistas pongamos nuestro deber ético y profesional por encima de otros intereses, a pesar de que la batalla es muy dura y desgastante”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario