ELLIOT SPAGAT
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México.- La guerra contra el narcotráfico se traslada a los avisos clasificados de los diarios mexicanos.
Desde hace tiempo, los traficantes solicitan guardias de seguridad, sirvientas y cajeros por medio de anuncios clasificados que publican en periódicos y dicen a los interesados que entre sus funciones está el conducir vehículos de la compañía hacia Estados Unidos. Lo que no se les cuenta es que las unidades están cargadas con drogas.
A partir de esta semana, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) empezará a publicar sus propios anuncios en periódicos de Tijuana en los que alerta a quienes buscan empleo que podrían convertirse en mulas involuntarias.
"¿Por qué no hacer lo mismo que (los cárteles) están haciendo? Para ellos resulta exitoso. ¿Por qué no habría de serlo para nosotros?", Lester Hayes, un supervisor de la unidad de ICE en San Diego, recuerda que sus agentes le dijeron.
Desde febrero de 2011, 39 de los arrestos realizados en los dos cruces fronterizos de San Diego han estado vinculados con las ofertas de empleos aparentemente legítimos, de acuerdo con el ICE, que nunca había registrado cifras similares.
Tales arrestos han derivado en el decomiso de 1,542 kilogramos (3,400 libras) de mariguana, 34 kilogramos (75 libras) de cocaína y 45 kilogramos (100 libras) de metanfetaminas, un porcentaje mínimo del total de lo incautado pero lo suficiente para convencer a las autoridades estadounidenses de que los narcotraficantes cada vez apelan más a esa técnica de reclutamiento.
Los traficantes de drogas siempre buscan explotar los puntos endebles de la frontera de 3.144 kilómetros (1.954 millas), por más reducidas que sean la posibilidades de contrabandear exitosamente la droga. Durante los últimos años, han optado por el uso de embarcaciones improvisadas en el Océano Pacífico y aviones ultraligeros sobre los desiertos de California y Arizona. En el área de San Diego, ha habido un repunte en el caso de adolescentes que cruzan la frontera desde Tijuana con drogas pegadas al cuerpo.
Algunas técnicas repentinamente populares se enfocan en sectores específicos de la frontera. El ICE no ha detectado repuntes importantes en los avisos clasificados fuera de San Diego.
Los anuncios que las autoridades conectan con los narcotraficantes parecen inofensivos. Ofrecen empleo en Estados Unidos —una invitación que solamente quienes cuentan con autorización legal para cruzar la frontera pueden buscar— con un número telefónico y en ocasiones un sitio para solicitar el puesto en persona.
A los contratados se les pide que crucen autos por la frontera, por lo general a un restaurante de comida rápida o un centro comercial en San Diego, de acuerdo con el ICE. A su llegada, se les suele decir que ese día no habrá trabajo y deben dejar el vehículo y regresar caminando a México tras recibir una pequeña cantidad de dinero.
Por lo general, a los conductores se les pagan 50 a 200 dólares por viaje —mucho menos de los 1,500 a 5,000 dólares que los traficantes experimentados reciben como pago por ese tipo de viajes, dijo Hayes.
La táctica reduce los gastos de los contrabandistas y al mismo tiempo atrae a conductores que son menos propensos a lucir nerviosos al ser interrogados por inspectores en los cruces fronterizos, dado que desconocen que transportan drogas, indicó Millie Jones, un agente especial asistente a cargo de las investigaciones de ICE en San Diego.
Las drogas se ocultan de forma usual. En noviembre, 6.8 kilogramos (15 libras) de metanfetaminas fueron detectadas en un falso escape de una camioneta tipo pickup. Más de 113 kilogramos (250 libras) de mariguana fueron halladas en un compartimento superior de una camioneta tipo van en abril del año pasado.
Las autoridades hallaron más de 90 kilogramos (200 libras) de mariguana en bolsas de plástico selladas al vacío cubiertas de grasa. Las drogas son regularmente mezcladas con mostaza, salsa cátsup y aromatizantes de telas para eliminar olores y confundir a los perros usados por las autoridades para buscar sustancias.
Por años, las autoridades estadounidenses han publicado avisos en periódicos y transmitido anuncios en el sur de la frontera para disuadir el cruce de la frontera sin autorización legal. La Patrulla Fronteriza ha realizado una extensa campaña en medios de México y Centroamérica que incluye "corridos" musicales, documentales cortos y avisos de servicio a la comunidad.
Los anuncios del ICE que empezaron a publicarse el domingo en las secciones de avisos clasificados de los diarios tijuanenses Frontera y El Mexicano no son nada extravagante. Letras negras y gruesas que dicen, "¡Aviso! Los narcotraficantes están anunciando empleo para choferes para cruzar a los Estados Unidos. No sea víctima de la trampa de contrabandistas".
Los diarios mexicanos han enfrentado la competencia de internet pero sus secciones de avisos clasificados se mantienen relativamente robustas comparadas con las de publicaciones en Estados Unidos.
Víctor Clark, director del Centro Binacional de Derechos Humanos en Tijuana, duda que los avisos funcionen si no proporcionan instrucciones específicas sobre la forma de confirmar si una empresa es legal, como, por ejemplo un número telefónico al que puedan contactar al ICE.
"Es muy difícil que alguien que se encuentra desempleado sepa si se trata de una trampa", dijo Clark. "No creo que mucha gente decida investigar si se encuentra desesperada por no tener trabajo".
Los casos pueden resultar un reto para la fiscalía debido a que los conductores tal vez desconocían que estaban traficando drogas.
Debra Hartman, una vocera de la oficina de la fiscalía de Estados Unidos en San Diego, no quiso decir cuántos casos han sido procesados ni citó ejemplos. Rachel Cano, jefa asistente de la rama sur del fiscal de distrito del condado de San Diego, dijo que cada caso es distinto.
"Al igual que cualquier otro caso, un caso de robo, analizamos todos los hechos y si hay suficientes elementos que puedan ser caracterizados como delito, y si podemos sustentar el caso más allá de una duda razonable, entonces presentamos cargos", dijo Cano.
Guadalupe Valencia, un abogado defensor de San Diego, expresó que los avisos de las autoridades estadounidenses podrían ayudar involuntariamente a los acusados. Los abogados podrían argumentar que es bien sabido que la gente suele ser engañada.
"Siempre he creído que hay muchos mensajeros involuntarios", dijo. "El desafío para la fiscalía es que se tiene que demostrar que sabían lo que hacían".
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