domingo, 20 de octubre de 2013

Un mundo mejor o todos contra todos


La opción no es entre comodidades y austeridad, eso es una ilusión, incluso para la élite. Lo que esta en juego es la sobrevivencia de la humanidad. En cualquier caso en este siglo la cosas cambiaran y a como va, no para bien.



¿Cuántos seres humanos cabemos en el planeta?


Esta pregunta se ha hecho ya muy habitual. Se sabe desde hace tiempo que hace falta darle una respuesta si queremos avanzar en la idea de la sostenibilidad. El problema es que no resulta fácil de calcular. Un reciente estudio, promovido por Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud ha aportado un nuevo dato, pero sobre todo un enfoque distinto.


Cuando pensamos en la población mundial, siempre lo hacemos en términos de población. El número de personas que viven en ciertas zonas del planeta, cuántas personas caben en los continentes, qué superficie nos toca a cada uno... El estudio que se publicó el pasado 18 de junio mira a este mismo problema desde otro punto. No es tanto una cuestión de números como de peso.
Utilizando los datos más recientes de que disponían, las estadísticas mundiales de 2005, los investigadores han calculado la biomasa de seres humanos adultos que poblamos el planeta. El resultado que han obtenido son 287 millones de toneladas. De todo este peso, 15 millones de toneladas se deben al sobrepeso, y casi 3,5 millones a la obesidad.
Para entendernos, el sobrepeso que hay en el planeta equivale a casi 242 millones de personas con un peso normal, o la población completa de Indonesia.
Claro, que no todas las regiones del planeta aportan lo mismo a la báscula. El peso promedio de un ser humano, según este estudio, son 62 kg. En la parte superior de la tabla, aquellos que tienen una media de peso más elevada, están los norteamericanos con 80,7 kg. de media. Justo en el extremo opuesto se sitúan los habitantes de Eritrea, Etiopía y Vietnam.
Sin embargo, y en contra de lo que habitualmente se piensa, un menor peso de la población no está relacionado con la pobreza. O al menos, no únicamente con ella. Otro de los factores que se han estudiado, el Índice de Masa Corporal (IMC) que relaciona la altura con el peso y la constitución física, muestra que Japón debería ser tomado como ejemplo. Se trata de un país con un nivel de vida alto, y muestra el IMC más adecuado de los países desarrollados.




LONDRES (Reuters) - Al menos una persona muere cada semana por disputas medioambientales en el mundo, a medida que la batalla por la tierra, los recursos naturales y los bosques se está volviendo más violenta, según un informe publicado el martes.

'Global Witness', un grupo defensor de los derechos humanos que investiga la explotación de los recursos naturales, dijo que al menos 106 personas murieron en el 2011, casi el doble de la cifra del 2009, en ataques y enfrentamientos en países ricos en recursos como Brasil, Indonesia y Perú.

Un total de 711 personas murieron entre el 2002 y el 2011 en este tipo de disputas, lo que se traduce en más de un deceso por semana, añadió la entidad, que además indicó que se impuso una cultura de impunidad en la que apenas hubo condenas.
"Es una paradoja bien conocida que muchos de los países más pobres del mundo son el hogar de los recursos que impulsan la economía mundial", dijo el informe.
"Ahora, como la carrera para tener acceso a estos recursos se intensifica, es la gente pobre y los activistas los que cada vez se encuentran más en la línea de fuego", añadió.

Los pactos sobre recursos naturales fueron acordados a menudo en secreto entre funcionarios, élites política y empresarial, según el informe, dejando a las personas de la tierra o de los bosques afectados sin ningún derecho o voz en el proceso.

Aquellos que intentaron hablar fueron castigados a menudo con violencia, desalojos forzosos o asesinatos.
"Los asesinatos tuvieron una gran variedad de formas, incluyendo enfrentamientos entre comunidades y fuerzas de seguridad estatales, desapariciones seguidas de muertes confirmadas, muertes bajo custodia, o asesinatos selectivos", señaló el reporte.

FEROZ COMPETENCIA POR LOS RECURSOS

Los países con el mayor número de asesinatos registrados fueron Brasil, Perú, Colombia y Filipinas, donde hubo más de un asesinato por semana, según Global Witness.
"Global Witness considera que estas tendencias son sintomáticas de una competencia cada vez más feroz por los recursos, con la consecuente brutalidad e injusticia" manifestó el escrito.
"La tierra y los bosques son usados para un rango de propósitos que incluyen la agricultura intensiva, la minería, las plantaciones, la tala de árboles, la expansión urbana y los proyectos de energía hidroeléctrica", indicó.
En uno de los casos descritos en el informe, Eliezer "Boy" Billanes, líder de una comunidad en Filipinas que puso en marcha una campaña contra un proyecto de extracción de cobre y oro, fue asesinado por dos hombres sin identificar que conducían una motocicleta mientras compraba el periódico.

Su asesinato, en el 2009, tuvo lugar pocas semanas después de que él mismo informara de que estaba amenazado por las fuerzas militares de la zona.

En otro caso -en abril de este año- Chut Wutty, un activista por el medio ambiente de Camboya, fue asesinado por miembros de la Policía Militar Camboyana mientras llevaba a cabo un estudio de campo sobre la tala ilegal y la confiscación de tierras.

Global Witness dijo que la investigación del Gobierno sobre su muerte se abrió y cerró en tres años. No pudo hacer frente a cómo o por qué fue asesinado, al tiempo que prohibieron que nadie más investigara la venta masiva de recursos naturales del país, dijo el informe.
"Si este problema no se aborda de manera urgente, es probable que empeore, particularmente a medida que esperamos más inversiones en países con normas de derecho débiles", expresó Global Witness.
"Esto podría significar conflictos más violentos sobre los proyectos de inversión y disputas por la tenencia de la tierra, con consecuencias potencialmente trágicas", finalizó.

(Traducido en la Redacción de Madrid; Editado en español por Ana Laura Mitidieri)

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