miércoles, 28 de diciembre de 2011

breve llamada de atención

INDIGNEZ-VOUS!

Stéphane Hessel


93 años. Se puede decir en la última etapa. El fin no está lejos. Es tiempo de aprovechar esta oportunidad para recapacitar sobre los fundamentos de mi actuar político: los años de la resistencia y el programa del Consejo Nacional de la Resistencia, ¡elaborado ya hace sesenta y seis años! Es a Jean Moulin a quien debemos, como parte de este Consejo, la unión de todos los actores políticos de la Francia ocupada, los grupos ciudadanos, los partidos, los sindicatos, para proclamar su adhesión a la Francia combativa y su único líder reconocido: el general De Gaulle. En Londres, donde me ni a De Gaulle en marzo de 1941, me enteré de que el Consejo había desarrollado un programa, aprobado 15 de marzo 1944, para la Francia liberada que definía un conjunto de principios y valores que soportarían a la democracia moderna de nuestro país. [1]

Principios y valores que necesitamos ahora más que nunca. Es nuestra responsabilidad conjunta asegurar que nuestra sociedad es una sociedad en la que estamos orgullosos: no esta sociedad de inmigrantes indocumentados, de deportaciones, de xenofobia, no esta sociedad que pone en duda las pensiones, los logros de la seguridad social, una sociedad donde los medios de comunicación están en manos de los ricos. Todas estas cosas que no hubiéramos renunciado si fuéramos dignos herederos del Consejo Nacional de Resistencia.

A partir de 1945, después de una terrible tragedia, las fuerzas presentes en el Consejo de la Resistencia se entregaron a un ambicioso proyecto de reconstrucción. Recuerden qué se crea entonces la Seguridad bajo un programa que decía:
"Un plan integral para la Seguridad Social, para asegurar que todos los ciudadanos
medios de subsistencia, en todos las instancias, incluso para aquellos incapaces de sostenerse mediante el trabajo",
"una jubilación adecuada que les permita a los trabajadores ancianos terminar sus días con dignidad".
"Ese programa recomendaba que las fuentes de energía, la electricidad y el gas, el carbón, los principales bancos fueron nacionalizados,"
"el regreso a la nación de los grandes medios de producción monopolizados, frutos del trabajo común, las fuentes de energía, la riqueza del subsuelo, las compañías de seguros y los grandes bancos";
"el establecimiento de una verdadera democracia económica y social, que implique el desalojo de los grandes cotos feudales de gestión económica y financiera". 

El interés público debe prevalecer sobre el interés privado, la distribución equitativa de la riqueza creada por el trabajo tienen prioridad sobre el poder del dinero.

La Resistencia propuso:
"una organización racional de la economía para asegurar la subordinación de los intereses individuales al interés público y libre de la dictadura de negocios establecidos, como en los Estados fascistas,"
y el Gobierno Provisional de la República lo implemento.

Una verdadera democracia necesita una prensa libre. La Resistencia lo sabia, lo exigía; y se empeño en la defensa de "la libertad de prensa, su honor e independencia con respecto al Estado, el poder del dinero y las influencias extranjeras." Esto fue lo que elimino las restricciones existentes sobre la prensa en 1944. Pero es precisamente esto lo que ahora esta en peligro.

La Resistencia pedía "una oportunidad efectiva para que todos los niños franceses se benefician de la educación más avanzada", sin discriminación. Sin embargo, las reformas propuestas en 2008, están en contra de este proyecto. Jóvenes maestros actuaron y se negaron a aplicarlas y vieron sus salarios reducidos como castigo. Estaban indignados, habían "desobedecido," sentían que estas reformas también
estaban lejos del ideal de la escuela republicana, demasiado al servicio del dinero corporativo y no lo suficiente al desarrollo de la creatividad y la crítica.

Todas las conquistas sociales fundamentales de la Resistencia están ahora en tela de juicio. [2]

La razón de la Resistencia es la indignación.


El Estado se atreve a decirnos que ya no puede cubrir los costos de estos logros de los ciudadanos. Pero ¿cómo puede faltar ahora el dinero para mantener y ampliar estos logros, mientras que la producción de la riqueza ha aumentado considerablemente desde el período de la Liberación cuando Europa estaba en ruinas? Al contrario, ahora el poder del dinero, contra el que luchó con la Resistencia, nunca ha sido mayor, insolente, egoísta, con sus propios siervos hasta en las más altas esferas del Estado. Los bancos privatizados ponen primero los dividendos y los altos salarios de sus funcionarios, no en el interés general. La brecha entre los más pobres y más ricos nunca ha sido más marcada, y la carrera por el dinero, la competencia, más intensa.

El patrón básico de la Resistencia era la indignación. Nosotros, los veteranos del movimiento de resistencia y de la fuerzas de combate de la Francia libre, hacemos un llamado a los jóvenes a hacer efectiva y transmitir los legados e ideología de la Resistencia. Nosotros les decimos: ¡encaren la realidad!, ¡indignense! Los responsables de la política y la economía, los intelectuales, la sociedad en general no debe renunciar o ser impresionado por la actual dictadura internacional de los mercados financieros que amenaza la la paz y la democracia.

Deseo que todos, a cada uno de ustedes identifique lo que le indigna. Es preciso. Cuando algo los indigne como yo estaba indignado por los nazis, entonces se convertirán en militantes, fuertes y comprometidos.

Somos parte del devenir histórico y la gran corriente de la historia debe manifestarse a través de cada cual. Y esta tendencia es hacia más justicia, más
libertad, pero no la libertada de un zorro suelto en un gallinero. Estos
derechos, entre ellos la Declaración Universal escrita en 1948, son universales. Si sabes de alguien a quien no se le respetan sus derechos hay que tener piedad de él, ayudarle a vencer.

Dos visiones de la historia


Cuando trato de entender lo que causó el fascismo, que causó que hubiéremos sido invadidas por él y por Vichy, creo que los ricos, con su egoísmo, tenían miedo de la revolución bolchevique. Ellos se han guiado por sus temores. Pero si, como ahora y entonces, una minoría activa se encuentra con las condiciones propicias, y como la levadura hace que la masa se hinche. Ciertamente, la experiencia de un muy viejo como yo, nacido en 1917, difiere de la experiencia de los jóvenes de hoy. Yo le pido a los profesores universitarios la oportunidad de interaccionar con sus alumnos, y les digo: usted no tiene las mismas razones que para mi me obligaban a participar. Para nosotros, la Resistencia no iba a aceptar la ocupación alemana, la derrota. Era relativamente sencillo. Simple, como lo que vino después, la descolonización. Luego de la guerra en Argelia, Argelia alcanzó la independencia, era natural. En cuanto a Stalin, todos aplaudimos la victoria del Ejército Rojo contra los nazis, en el año 1943. Pero incluso cuando nos dimos cuenta de la gran escala de los procesos estalinistas de 1935, e incluso si deseábamos mantener la menta abierta para contraponer el comunismo al capitalismo estadounidense, la
necesidad de oponerse a esta forma de totalitarismo intolerable estaba muy clara.

Mi larga vida me ha dado una sucesión razones para indignarme. Estas razones han nacido menos de una emoción que de un compromiso. El joven normalista que yo era estaba muy influido por Sartre, un compañero de clase. La Nausée, Le Mur, pas L 'Être et le néant, fueron muy importantes para dar forma a mis pensamientos. Sartre nos enseñó a decir: "Usted es responsable en lo individual." Era un mensaje libertario. La Responsabilidad para el hombre que no puede confiar tanto en un poder abstracto o un dios. Por el contrario, es un requisito de nuestra calidad de seres humanos.Cuando estaba en la Escuela Normal de la calle d'Ulm en París en 1939, era un ferviente discípulo del filósofo Hegel, y tome el seminario de Maurice Merleau-Ponty. Su enseñanza exploraba la experiencia concreta, la del cuerpo y su relación con los sentidos, de lo singular en contrates con lo plural. Pero mi optimismo natural, que buscaba un significado en  todo lo que es deseable o posible, me acercaba más a Hegel. Hegelianismo interpreta la larga historia de la humanidad en términos de un solo concepto: el progreso paso a paso del hombre en búsqueda de la libertad. La historia está hecha de una sucesión de conflictos.  Es la resolución de desafíos. La historia de la sociedad culimnara cunado el hombre haya logrado su plena libertad, en el Estado democrático en su forma ideal.

Por supuesto, hay una concepción diferente de la historia. Los progresos realizados por la libertad, la competencia, la carrera por el "crecimiento", pueden ser percibido como un huracán destructivo. Así la percibe un amigo de mi padre, el hombre que compartió con él la tarea de traducida al alemán  À la Recherche du temps perdu de Marcel Proust. Este es el filósofo alemán Walter Benjamin. Él extraia un mensaje pesimista del cuadro  Angelus Novus del pintor suizo Paul Klee, donde la figura del ángel abre los brazos como para contener y repeler una tormenta que se identifica con el progreso. Benjamín se suicidó en septiembre de 1940 para escapar del nazismo, para él, el sentido de la historia es una serie interminable de desastres.

La indiferencia: la peor actitud


Es cierto que las razones para indignarse son ahora menos claras en un mundo demasiado complejo. ¿Quién controla?, ¿quién decide? No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que gobiernan. Ya no se trata de una pequeña élite a la que se puede claramente interpretar el motivo de sus acciones. Se trata de un vasto mundo que es interdependiente. Vivimos en una interconectividad como nunca antes había existido. Pero en este mundo, hay cosas insoportables. Para ver esto, tenemos que buscar, buscar. Le digo a los jóvenes: si buscan un poco, encontrarán. La peor actitud es la indiferencia, diciendo: "Yo no puedo evitarlo, me desatiendo." Al comportarse de esta manera se pierde un elemento clave de la naturaleza humana. Uno de los componentes esenciales: el poder de la indignación y el consecuente compromiso. Ya podemos identificar dos grandes retos:
  1. La enorme brecha entre los muy pobres y los muy ricos que sigue creciendo. Esta es una innovación de los siglos XX y XXI. Los más pobres en el mundo de hoy ganan apenas dos dólares al día. No podemos permitir que la brecha aumente aún más. Esta observación por sí solo debería generar un compromiso.
  2. Derechos humanos y el estado del planeta. Tuve la suerte después de la liberación de participar en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en París, en el palacio de Chaillot. Fue en calidad de jefe del gabinete de Henri Laugier, Secretario General Adjunto de la ONU y Secretario de la Comisión de Derechos Humanos, que yo, entre otros, participe en la elaboración de esta norma. No debo olvidar la contribución de René Cassin, Comisionado Nacional de Justicia y Educación del Gobierno de la Francia Libre en Londres en 1941, y quien fue el Premio Nobel de la Paz en 1968, ni la de Pierre Mendes France del Consejo Económico y Social a la que remitíamos los textos que desarrollamos para ser examinados por él antes de ser presentados a la Tercera Comisión de la Asamblea General, responsable de los temas sociales, humanitarios y culturales. las Naciones Unidas tenía cincuenta y cuatro Estados miembros en ese momento, y yo cuidaba la secretaría. Es a Cassin a quien debemos el término de derechos "universales" y no "internacionales "según lo propuesto por nuestros amigos anglosajones. Porque estaba en juego al final de la Segunda Guerra Mundial la emancipación de la amenaza que el totalitarismo ha puesto en la humanidad. Para liberarnos, debemos asegurarnos de que los Estados miembros de las Naciones Unidas se comprometan a respetar los derechos universales. Es una forma de contrarrestar el argumento de que la soberanía plena de que un Estado se debe hacer valer cuando ocurren crímenes contra la humanidad en su territorio. Este fue el caso con Hitler, que se consideraba amo absoluto y autorizo y provoco un genocidio. La Declaración Universal debe mucho a la repulsión universal al nazismo, el fascismo, el totalitarismo, y también, debido a nuestra presencia, al espíritu de la Resistencia. Sentí la necesidad de que, rápidamente, no nos dejaremos engañar por la hipócrita afiliación proclamada por los ganadores, que en realidad no tenían la intención de promover la aplicación equitativa de estos valores, como estábamos tratando de imponer [3].

No puedo resistir la tentación de citar el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: "Toda persona tiene derecho a una nacionalidad"; el Artículo 22: "Toda persona, como miembro de la
la sociedad, tiene el derecho a la seguridad social y tiene derecho a la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables para la dignidad y al libre desarrollo de su personalidad, gracias a los esfuerzos nacionales y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y recursos de cada país." Y si esta afirmación tiene un alcance declarativo y no legal, como qiera ha jugado un papel poderoso desde 1948. Hemos visto los pueblos colonizados apoderarse de ella en su lucha por la independencia y ha sembrado el espíritu de lucha por la libertad.

Me da gusto de que en las últimas décadas han aumento de las organizaciones no gubernamentales, los movimientos sociales como Attac (Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras), la FIDH (Federación Internacional de los Derechos Humanos), Amnistía, que están actuando. Está claro que hoy en día tenemos que actuar en una red, aprovechar todos los medios, la comunicación moderna.

A los jóvenes les pido que miren a su alrededor, que encuentren los temas que justifican su indignación - el trato a los inmigrantes, los indocumentados, los gitanos. Busquen situaciones concretas que requieran una acción ciudadana fuerte. ¡Buscad y encontraréis!

Mi indignación sobre Palestina


Hoy en día, mi indignación mayor es sobre Palestina, el estrecho de Gaza, la Margen Occidental. Este conflicto es una fuente de indignación. Es imprescindible leer el informe de Richard Goldstone de septiembre de 2009 en Gaza, en la que el juez sudafricano, judío, sionista, quien dijo que incluso el ejército israelí esta acusado de cometer "actos equivalentes a crímenes de guerra y, en algunas circunstancias, crímenes contra la humanidad" durante la operación "Plomo Fundido", que duró tres semanas. Fui a Gaza en 2009, a donde pude entrar con mi esposa utilizando nuestros pasaportes diplomáticos, a fin de estudiar de primera mano lo que dice el informe. Las personas que nos habían acompañado no se les permitió entrar a la Franja de Gaza. Allí y en Cisjordania. También visite los campamentos de refugiados instalados en 1948 por la agencia de la ONU, UNRWA, donde más de tres
millones de palestinos expulsados ​​de sus tierras por parte de Israel espera una resolución a una situación que se hace más y más problemática. Gaza es una prisión
a cielo abierto para un millón y medio de palestinos. Una prisión donde se organizan para sobrevivir. Más impactante que la destrucción física, como la del Hospital de la Media Luna Roja con la operación "Plomo Fundido," es el comportamiento de los habitantes de Gaza, su patriotismo, su amor por el mar y
las playas, su constante preocupación por el bienestar de sus hijos, innumerables y ruiseños, que rondan nuestros recuerdos. Quedamos impresionado por su habilidad e inteligencia para afrontar la escasez que se les imponen. Hemos visto la falta de ladrillos de cemento para reconstruir miles de viviendas destruidas por los tanques. Confirmamos que hubo mil cuatrocientos muertos - mujeres, niños, ancianos palestinos - durante la operación "Plomo Fundido", dirigido por el ejército israelí, frente a sólo cincuenta israelíes heridos. Yo comparto las conclusiones del juez sudafricano. Que los judíos pudieran cometer crímenes de guerra, es insoportable. Por desgracia, la historia ofrece pocos ejemplos de personas que aprenden de sus propia historia.

Lo sé, Hamas que ganó las elecciones parlamentarias no pudo evitar que se dispararan cohetes a las ciudades israelíes en respuesta a la situación de aislamiento y bloqueo al que los habitantes de Gaza son sometidos. Creo que, obviamente, el terrorismo es inaceptable, pero hay que reconocer que cuando estamos ocupados con medios militares infinitamente superiores a los propios, la reacción popular no puede ser no-violenta.

¿Es que Hamás está lanzando cohetes sobre Sderot? La respuesta es no. No sirve a su causa, pero se puede explicar esta acción por la exasperación de los habitantes de Gaza. Es necesaria la noción de exasperación para entender la violencia como una lamentable conclusión de una situación inaceptable para los afectados. Por lo que toca el terrorismo es una forma de exasperación. La frustración es un término negativo. No debe ser la primera razón para actuar. La exasperación es una negación de la esperanza. Es comprensible, casi me atrevería a decir que es natural, pero hoy en día no es aceptable, debido a que no puede dar resultados que generen esperanza.

La no-violencia,
el camino que tenemos que aprender a seguir.


Estoy convencido de que el futuro pertenece a la no violencia, la reconciliación de las diferentes culturas. Este es el camino sobre el cual la humanidad debe tomar el paso siguiente. Y aquí estoy de acuerdo con Sartre, no podemos excusar a los terroristas que lanzan bombas, pero los podemos comprender. Sartre escribió en 1947: "Reconozco que la violencia en cualquier forma que se manifiesta es un fracaso. Pero es un fracaso inevitable porque estamos en un mundo de violencia. Y es cierto que el uso de la violencia tiene como resultado más probable la perpetuación de la violencia. También es cierto que es la única manera de detenerla." Lo que me gustaría añadir es que la violencia no es la forma más segura para detenerla. Uno no puede apoyar a los terroristas como Sartre hizo en nombre de este principio durante la guerra de Argelia, o en el ataque de los juegos de Munich,
1972, cometidos contra los atletas israelíes. No es eficaz y el mismo Sartre se preguntaba al final de su vida el sentido del terrorismo y ponía en duda su propósito. Decir "la violencia no es efectiva" es más importante que dilucidar si hay que condenar o no los que participan en ella. El terrorismo no es eficaz. En nombre de la eficiencia debemos fomentar la no violencia. Si hay una esperanza para los violentos, es en la poesía de Guillaume Apollinaire, "Que l'espérance est violente"; nunca en la política. Sartre, en marzo de 1980, tres semanas antes de morir declaro: "Trate de explicar por qué el mundo actual, que es horrible, no es mas que un instante en el largo devenir histórico, que la esperanza ha sido siempre una fuerza dominante en revoluciones e insurrecciones, y cómo todavía entiendo la esperanza como mi concepción del futuro." 5

Hay que entender que la violencia da la espalda a la esperanza. Hay que preferir a la esperanza, la esperanza de la no violencia. Este es el camino que tenemos que aprender a seguir. Tanto del lado de los opresores como de los oprimidos, debemos llegar a una negociación para eliminar la opresión que es la causa de la violencia terrorista. Por lo tanto, no se debe permitir acumular demasiado odio.

El mensaje de Mandela, de Martin Luther King, encuentra su relevancia en un mundo que ha superado la comparación de las ideologías y el totalitarismo conquistador. Este es un mensaje de esperanza basado en la capacidad de las sociedades modernas para superar los conflictos mediante el entendimiento mutuo y la paciente vigilia. Para ello es necesario basarse en los derechos, su violación, sin tener en cuenta
quien es el autor, debe provocar nuestra indignación. No hay compromiso posible sobre estos derechos.

Por una insurrección pacifica


He notado - y yo no soy el único - que la respuesta del gobierno
Israel a la congregación cada viernes de los ciudadanos de Bil'id, que se reúnen sin tirar piedras, sin utilizar la fuerza, junto a la pared contra la que protestan. Las autoridades israelíes han catequizado a la marcha como "terrorismo no violento." ¡Muy buena! Hay que ser israelita para calificar la no violencia como terrorismo. Hay que sentirse avergonzados por la eficiencia de la no violencia que suscita el aplauso, la comprensión, el apoyo de todos los que en el mundo que son enemigos de la opresión.

El pensamiento productivista, impulsado por el Occidente, a llevado al mundo a una crisis que hace falta resolver mediante una ruptura radical con la ideología del
"siempre más," no solo del sector financiero, sino también en el campo de la ciencia y la tecnología. Ya es hora que se consideren regularmente el bien común, la ética, la justicia, el equilibrio sostenible. Este es el riesgo más grave que enfrentamos. Esto puede poner fin a la aventura humana en un planeta que estamos haciendo inhabitable para el hombre.

Pero sigue siendo cierto que se ha progresado mucho desde 1948: la descolonización, el fin del apartheid, la destrucción del imperio soviético, la caída del Muro de Berlín. En contraste, la primera década del siglo XXI fue un período de declive. Este descenso se explica en parte por las políticas de EE.UU., el presidente George Bush, el 11 de septiembre, y sus consecuencias desastrosas como la intervención militar en Irak. Hemos caído en una crisis económica, pero ademas carecemos de una nueva política para el desarrollo. Al mismo tiempo, la cumbre de Copenhague contra el calentamiento global , no ha logrado iniciar una verdadera política para la preservación del planeta. Estamos en el umbral entre los horrores de la primera década y de las posibilidades de décadas pasadas. Pero con suerte, siempre hay esperanza. La década anterior, la década de 1990, ha sido de gran progreso. Las Naciones Unidas han sido capaces de convocar a conferencias, como aquellas sobre el Medio Ambiente en 1992, de la Plataforma de las mujeres en 1995 y en septiembre de 2000, por iniciativa del Secretario General Naciones Unidas, Kofi Annan, los 191 países miembros han adoptado la declaración sobre "los ocho objetivos para el desarrollo del milenio", mediante la cual se comprometen a reducir a la mitad la pobreza en todo el mundo para el año 2015. Mi gran pena es que ni Obama ni la UE no se han comprometido con lo que debería ser su contribución en una fase constructiva, basada en los valores fundamentales.

¿Cómo concluir la presente convocatoria a la indignación? Recordando también que,
durante el sexagésimo aniversario del Programa Nacional de Resistencia, el 8 de marzo del 2004, los veteranos de los movimientos de resistencia y las fuerzas de combate de la Francia Libre (1940-1945) dijimos, que sin duda, "el nazismo fue derrotado, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia y de las Naciones Unidas contra la barbarie Fascista. Pero esta amenaza no ha desaparecido y la ira contra la injusticia sigue intacta".

No, esta amenaza no ha desaparecido por completo. Así que nosotros convocamos
siempre a "una verdadera insurrección pacifica contra los medios masivos de comunicación que no ofrecen a nuestra juventud nada mas que el consumismo, el desprecio de los débiles y la cultura, la amnesia generalizada y la competencia de todos contra todos."

A los que enfrentan el siglo XXI, les decimos con afecto:

"Creer es resistir.
Resistir es creer."

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