miércoles, 12 de diciembre de 2012

Candelario Rivas

Entre los prodigios de la Virgen de Guadalupe llama la atención el ocurrido el 14 de noviembre de 1921, a las 10:30 de la mañana, cuando Luciano Pérez Carpio subió «devoto» al altar y colocó a los pies de la Virgen de Guadalupe un enorme ramo de flores en el que escondida llevaba una poderosa bomba.

Los efectos de la explosión fueron aparatosos: destruyó las gradas de mármol del altar que sostenía la imagen, hizo volar por los aires los pesados candelabros, retorció un gran crucifijo de metal que todavía se exhibe en ese estado, convirtió en polvo jarrones, floreros y vidrios de casas cercanas a la basílica, y el cristal de un cuadro de San Juan colgado detrás de la Virgen de Guadalupe. Prodigiosamente la imagen de la Virgen de Guadalupe no recibió ni un rasguño. Más aún, quedó intacto el cristal que la protegía. Y entonces no había cristales antibala.

El estudio de los ojos de la Virgen de Guadalupe mexicana confirma que la imagen no es obra humana, sino que es de origen sobrenatural.

Autor: P. Jorge Loring

El misterio de la Virgen de Guadalupe mexicana


Más sobre la historia de la explosión en la Basílica de Guadalupe, aquí:





miércoles, 5 de agosto de 2009

La obra del pintor zacatecano Candelario Rivas en Salamanca

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Hay una expresión artística muy grande en Salamanca, está ahí desde los años veintes del siglo XX en que fue concebida, son las pinturas del zacatecano Candelario Rivas, las cuales, gracias al sitio http://elsenordelhospital.blogspot.com/, (hermano de El Bable), tuve la oportunidad de conocer más a profundidad, sobre todo parte de la historia del pintor que creó toda esa belleza. La historia comienza a mediados del siglo XIX en la Zacatecas, Zac, donde nace un 2 de febrero, razón por la cual se le nombré Candelario, manteniendo aquella tradición de nombrar a la persona de acuerdo al santo del día de nacimiento. Nació ya con el don de la pintura, desde niño comenzó a bosquejar sus primeros trazos, siendo muy joven queda impresionado al visitar un circo de aquellos que circulaban por los pueblos de México, seguramente sería uno de esos que nombraban “de húngaros”. El colorido de los trajes de los artistas le motiva de tal forma que se va con ellos en breve gira para regresar, recibir una reprimenda y definir que lo suyo era la pintura.

La cúpula comienza a nueve metros de altura, se levanta seis metros más, fue un complicado trabajo el que tuvo que realizar Candelario Rivas y su hijo José para desarrollar la estupenda escena de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Siendo muy joven, un adolescente aun, entra en el equipo de trabajo del maestro pintor que elaboraba algunas de las pinturas monumentales de la Catedral de Zacatecas, su trabajo resulta ser el más destacado y comienza adquirir fama entre la clase pudiente, aquella que se podía permitir el lujo de retratar a su familia en algún lienzo o mandar pintar una escena religiosa de su elección, ambas cosas especialidades de Candelario. Habiendo nacido en una familia netamente católica, la cual había atravesado con el conflicto de la Guerra de Reforma y sus consecuentes leyes las cuales proclamaban la laicidad del estado mexicano, es criado dentro del conocimiento religioso propio de la época, manteniendo toda festividad, veneración y religiosidad suficiente como para interpretar los pasajes bíblicos y llevarlos al caballete, en este caso, a los enormes lienzos, como los del Señor del Hospital, cuyos detalles estamos viendo en estas fotografías.

Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí Querétaro y León fueron ciudades en donde Candelario Rivas fue contratado, siempre para los templos más grandes y suntuosos de la zona, los cuales dentro de los cánones establecidos en la época, el neoclásico, creaban el espacio suficiente para que, en concepción armónica, llegara a destacar el trabajo pictórico, la escena religiosa, bíblica, específicamente que de buena medida ayudaba a entender lo que una vez hace mucho tiempo sucedió en lo que conocemos como Tierra Santa. Es en 1920 que Candelario Rivas llega contratado por tres años para elaborar un trabajo en verdad ambicioso y de magistrales resultados. El fondo establecido por doña Emeteria Valencia de González, una de las damas más acaudaladas del Bajío a finales del XIX y principios del XX, para la construcción y decorado del Templo del Señor del Hospital, era tal que bastó para contratar lo mejor que en la época había en México en términos de artes decorativas.

El trabajo arduo de Candelario y su hijo José que a sus cortos veinte años destacaba ya en la elaboración detallada de rostros y escenas se tradujo en siete lienzos de gran tamaño los cuales describen de manera contundente el pasaje de Nuestro Señor en lo que conocemos como Pasión – Muerte – Resurrección, culminando en las excepcionales escenas de la cúpula, las cuales retratan un total de 22 personajes entre Santos, Apóstoles y Arcángeles. Los cuatro medallones en que se sienta la cúpula son también obra de los pintores Candelario y José. Por si todo esto no fuera poco, los 14 cuadros de tamaño chico que conforman las Estaciones del Vía Crucis, son pintados cada uno de ellos por José, el entonces muchacho que realizó un minucioso trabajo, tesoro incalculable que contiene el Templo del Señor del Hospital.

Candelario Rivas, personaje conocido entre Obispos, Curas y Sacerdotes del centro de México, es reconocido como uno de los mejores pintores religiosos, en 1921 es llamado a realizar un trabajo que durante algunos años se mantuvo en secreto, la restauración de la imagen de la Virgen de Guadalupe, la original del Tepeyac que en noviembre de ese año sufrió un atentado dinamitero, dañándola al estrellarse el cristal que la protegía. Candelario pasa varios días o semanas frente a frente a la Guadalupana, pocas personas han tenido el privilegio de estar tan cerca de la tilma de Juan Diego, esto sucedía en mitad de las obras de decoración que se realizaban en el Templo del Señor del Hospital. A su regreso instruyó a su hijo para crear, junto a él una de las más fieles copias que de Nuestra Señora de Guadalupe existen en México.

Obregón era el Presidente de la República, se había iniciado ya eso periodo oscuro de la historia de México que conocemos como Guerra Cristera, la persecución de Sacerdotes y laicos se daba ya, Candelario junto a su familia reciben amenazas de muerte y una vez terminado su trabajo en Salamanca, decide refugiarse en los Estados Unidos, estableciéndose en Los Ángeles, lugar en donde logra igualmente destacar, su fama es tal que uno de los estudios de Hollywood lo llama para pintar algunas escenografías, trabajo que no es del todo de su agrado, pero que igualmente lo llevó a la inmortalidad pues todos hemos visto el castillo del Mago de Oz, el cual fue su creación. En arte religioso Candelario Rivas sigue produciendo para distintas Parroquias y Conventos norteamericanos, finalmente muere en 1949. De Candelario Rivas tenemos una magnífica obra aquí en Salamanca.



lunes, 3 de agosto de 2009

La copia mas fiel de la Guadalupana se encuentra en El Señor del Hospital

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Tratar de entender la historia de México en momentos se vuelve difícil y complicado, han sido tantos los hechos y tan complejas las situaciones que se vivieron que, acumuladas junto a lo que actualmente padecemos, al final es una cosa que mejor decidimos no ver, no prestarle atención. Sin embargo, adentrándonos mas a la historia de El Señor del Hospital, lograremos, por un lado, rendir el tributo para el cual fue construido el templo, el tributo al Santo Cristo Negro, y, por el otro, entender lo que ha sido la historia tan apasionante que es la historia de todos nosotros, la historia de nuestro país, de nuestra nación, de nuestro México tuyo y mío y de Ciento diez millones de personas más.

Fue hacia 1889 que se diseñó el proyecto del templo, el Ing. Ernesto Barton, inglés de origen que llegó a vivir a Salamanca por el contrato que obtuvo para la Compañía Ferrocarrilera del Centro y que al casar con dama salmantina opta por quedarse a vivir aquí. Ese proyecto quedó almacenado por más de diez años, para luego iniciar su construcción. La fuerte aportación económica de doña Emeteria Valencia de González fue lo que hizo posible lo que nuestros ojos ven, admiran y agradecen a tan pía dama. Se contrató lo mejor de la época para dar una casa a la altura de la Realeza del Cristo Negro. La marmolería Ponzanelli de México y el connotado pintor zacatecano Candelario Rivas para realizar la obra conceptual de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesús, que se tradujo en los magníficos lienzos que podemos apreciar en toda su magnitud hoy día.

El templo fue levantado en su obra negra durante el álgido período que fue la Revolución, 1910-1920, una década de caos en todo el país, especialmente el Bajío que fue la zona de confluencia de todos los grupos participantes, los de Sonora, los de Puebla, los de México y Morelos. La crisis aparentemente terminó una vez que asumió el poder Álvaro Obregón, pero fue eso, apariencia meramente, pues, en realidad fue el inicio de un negro pasaje de la historia de nuestro país. Obregón, venido de Sonora, lugar en donde se gestó en buena medida el movimiento revolucionario, pertenecía al grupo radical de poder, era una sombra de Plutarco Elías Calles, “el turco”. Él Obregón, “el manco”, había perdido su mano en la célebre batalla de Celaya, y era además del mismo grupo, un títere, de los que en realidad controlaban al país: Calles.

Terminada la revolución, el Estado de Sonora era gobernado por Calles, la República por Obregón, ambos con un objetivo, destruir a la Iglesia Católica. Obregón toma la Presidencia de la República el 1 de diciembre de 1920, Calles dejaba de ser gobernador y pasaba a ocupar la Secretaría de Gobernación. La CROM, brazo bolchevique y de ideas radicalmente rojas eran los brazos operadores de ambos líderes, no por convicción de ideas, sino por conveniencia, la corrupción, esa que vivimos actualmente, estaba dentro de su capullo gestor. Es para el 14 de Noviembre de 1921 que, como preámbulo a lo que sería la Guerra Cristera, un atentado se realiza en la Basílica de Guadalupe, la explosión de un cartucho de dinamita daña la Tilma de Juan Diego y varios objetos de ornamento son prácticamente achicharrados. La Iglesia Católica informa a la comunidad que nada pasó, que la imagen de la Virgen de Guadalupe quedaba intacta, cosa que al paso del tiempo corroboraron que no fue cierto, la imagen si había sufrido algunos daños.

El pinto zacatecano Candelario Rivas había sido contratado en 1920 para realizar la obra pictórica del Templo de El Señor del Hospital, llevaba ya algunos meses cuando en misión secreta y especial un enviado del Arzobispado de México llega a Salamanca para conducir a Candelario a una de los trabajos más delicados que el pintor realizó en su vida, la restauración de la imagen Guadalupana en el propio Tepeyac. Candelario Rivas con su ojo aguzado de artista nato logra en mágicas pinceladas recuperar los pequeños trazos que fueron dañados durante la explosión, daños no de fuego, sino de pequeños vidrios que, ante la explosión del artefacto, protegieron del impacto a la Sagrada tilma, pero en el impacto algunos de esos vidrios causaron algunos daños. Fueron varios días o semanas los que Candelario se ausenta de Salamanca, su trabajo es concluido y mantenido en secreto por muchos años. Mientras tanto aquí en Salamanca sigue realizando su monumental trabajo con la ayuda de su hijo José.

No es de sorprendernos que tengamos un tesoro muy especial aquí, en la Parroquia de El Señor del Hospital de Salamanca. Una pintura trazada por el mismo pincel que días antes había restaurado la imagen original, manteniendo frescos aun los trazos delicados de la bendita tilma de Juan Diego, traduciéndolos en ese trabajo excepcional que, pagado por la fortuna de doña Emeteria Valencia y realizado por la sensibilidad de artista de la que Candelario Rivas hacía gala, al igual que su hijo, José, nos legáran a todos los salmantinos una obra sin igual: Nuestra Señora de Guadalupe en su más alta expresión, hecha con la visión del ojo que tuvo el privilegio de estar a milímetros de la original y única Tonantzin Guadalupe, Nuestra Señora de Guadalupe.

“Entre la clase política se había difundido el rumor de un posible asesinato de Obregón, pero el presidente electo hizo caso omiso de las advertencias. La mañana del 17 de julio de 1928 salió a comer invitado por los diputados del estado de Guanajuato, en el restaurante "La Bombilla", ubicado en San Ángel. León Toral acudió al lugar tras varios días de espiar a Obregón, y se hizo pasar por un dibujante, Toral sacó su pistola y lanzó cinco disparos a Álvaro Obregón, quien cayó muerto al instante”. Fue 1928 que es asesinado Obregón, Candelario Rivas llevaba ya cinco años de vivir en los Estados Unidos, lugar al que huyo junto con su familia luego de haber sido amenazado por el gobierno obegonista.



Si te interesa saber sobre la tradición de las 14 Estaciones del Vía Crucis, y ver todos los cuadros de José Rivas da clic aquí:

Los medallones que fueron pintados por Candelario Rivas los puedes ver aquí:

El sentido que llevan los lienzos pintados por Candelario Rivas están explicados aquí:

La riqueza espiritual que encierra la cúpula del Señor del Hospital la tienes explicada aquí:


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