Las disposiciones legales que llevaron a la separación de la iglesia y el Estado tienen antecedentes en la ley del 4 de julio de 1822, que ordenó la ocupación por el gobierno de las fincas destinadas a las misiones de Filipinas y los capitales destinados a obras pías que no hubieran de cumplirse en territorio mexicano.
Más tarde, entre 1833 y 1834, el presidente Valentín Gómez Farias emitió una serie de disposiciones legales que trataron de llevar a cabo la Reforma, pero fueron derogadas al concluir su ejercicio presidencial.
Al triunfo del Plan de Ayutla en 1855, el movimiento reformista se acentuó, por lo que el presidente Comonfort expidió varias leyes de abierta intervención en los bienes de la iglesia, sobre todo la ley Lerdo. Se produjo una controversia en la que las autoridades eclesiásticas expusieron sus puntos de vista y condenaron la Constitución de 1857 y las leyes reformistas que afectaban sus intereses materiales. El conjunto de leyes mas importante se expidió en Veracruz bajo la influencia del grupo liberal (Gutiérrez Zamora, Miguel Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo, etc.), en plena Guerra de Reforma, encontrándose el gobierno del presidente Juárez investido de facultades extraornidarias.
Del 12 de julio de 1859 al 4 de diciembre de 1860 se dictaron leyes, decretos, circulares, etc., siendo las principales: la Ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos, la Ley de matrimonio civil, la Ley orgánica del registro civil, la Ley sobre libertad de cultos. El 7 de julio de 1859 se publicó un manifiesto para exponer a la población el objeto que tendrian las Leyes de Reforma. Estas en su conjunto, fueron proclamadas por el presidente Juárez el 6 de septiembre de 1860, culminando asi un proceso de más de cuarenta años, encaminado a limitar los privilegios del clero.
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