sábado, 3 de marzo de 2012

la Macroplaza

Posiblemente hubo razones técnicas para la construcción y configuración de la Macro plaza, pero si nos remitimos a los hechos el latrocino fue un motivador importante. A los dueños de las propiedades afectadas se les compenso en base a valores catastrales que nunca habían sido actualizados, en muchos casos desde el siglo XIX. Esto no se hizo por ignorancia o incompetencia o incluso insensibilidad, sino con pleno dolo. En muchos casos el valor de la puerta, hecha de maderas preciosas, labrada a mano y con valor histórico, valía más que lo que se pago por la propiedad completa, eso sin mencionar herrajes y masonería. Sin embargo, se utilizo la fuerza pública para evitar que los legítimos dueños salvaran estos materiales que terminaron en su totalidad en el mercado negro. Propiedades aledañas terminaron en manos de Martínez Domínguez y su camarilla. El edificio Kalos basta como ejemplo. De hecho se estableció un modelo de latrocino que se sigue aplicando hasta hoy en día. Lo increíble no es el descaro del robo sino la pasividad y falta de solidaridad de la sociedad civil.

En Europa se le dan valor al legado arquitectónico histórico, lo que da valor turístico de largo plazo, en verdad nadie va a viajar de China a comer elotes contaminados en la Macro plaza.

añoranzas de lo perdido

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