sábado, 30 de junio de 2012

El rezago educativo

El secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos, calificó de histórica la evaluación de Carrera Magisterial con una participación global de 73% de los maestros, aunque lamentó la ausencia de los de Michoacán y Oaxaca.

En conferencia de prensa para hablar sobre la prueba Enlace, Carrera Magisterial y la Universal Docente, el funcionario destacó que la mayor participación en dicha prueba había sido de entre 60 y 65% y de los 505,118 docentes registrados, acudieron 369,525 a las 1,201 sedes.

En cuanto a la prueba Enlace, Córdova Villalobos precisó que el costo fue de 249 millones y el de preparación profesional de 30 millones de pesos, de los cuales 23 ya se venían aplicando cada año.

Mientras que el resto se dispuso para aquellos profesores que el próximo 6 de julio presentarán el Examen Universal Docente, así como para pagar los costos adicionales, tales como videograbación.

El titular de la SEP recordó que para los maestros de primaria que no están dentro del programa de Carrera Magisterial tanto de escuelas públicas como privadas, el 6 de julio se realizará el examen Universal Docente.

Destacó que ese mismo día se repondrían los exámenes en Michoacán, donde se presentaron ocho denuncias ante el bloqueo que se realizó para la evaluación, lo que afectó a 12,000 docentes.

Por otro lado, el secretario de Educación dijo que en Durango se recogió un examen de Carrera Magisterial apócrifo, en tanto que en Tabasco se detectó un “acordeón” recogido en la sede 27003 en Cunducacán, durante la aplicación del examen de Primaria de 1°, 2° y 3° grados.

Sin embargo, comentó que Rocío Llerena, del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval), confirmó que dicho “acordeón” no correspondía ni a ese ni a ninguno de los ocho tipos de exámenes diseñados, de ninguna de las tres versiones elaboradas.

En ese sentido, lamentó que se siga en la cultura del “que no tranza no avanza” y comentó que es preciso hacer hincapié en los valores, que deben ser reforzados, lo cual se logrará con base en la educación en general y cívica, en particular; su ausencia, dijo, tiene una incidencia en el comportamiento global de las personas.

Córdova Villalobos comentó que la intención de querer abortar la realización correcta de este examen, lo que provoca que se tomen medidas extraordinarias y que, como en el caso de las elecciones, hacen que sus costos se eleven. “Tenemos que ir creando una conciencia de creer en nosotros mismos”.

Indicó que han trabajado muy de cerca con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para construir juntos este trabajo.

“Sabemos que hay resistencias. Lo importante es que se entienda que no es para dañar a nadie, sino para apoyar. Y también la historia nos demuestra que al principio era poca la participación y ha ido subiendo.

Apelamos a que están tranquilos, a que hablen con sus compañeros que ya presentaron su examen, que no es nada del otro mundo, que son cosas que ellos ya conocen”, señaló.

Sobre si hubo denuncias contra los exámenes apócrifos, indicó que no se encontró a nadie en flagrancia, es decir, vendiéndolos, por ejemplo, y cuando si la hubo, resaltó, no trascendió la denuncia.

Respecto a las quejas de que hay iniquidad en las pruebas para los indígenas, indicó que el examen Enlace no discrimina por si mismo, pero si lo hace el contexto social en el que se realiza.

Finalmente, expuso que el gobierno no se reinventa cada seis años y que estos exámenes, si bien pueden cambiar en algo, son algo ya pactado con el SNTE para realizarse cada año.

mac



Andrés Oppenheimer
27 Sep. 10


Cuando le pregunté a Bill Gates en una entrevista sobre la convicción muy difundida en Latinoamérica de que la región tiene algunas de las mejores universidades y centros de investigación científica del mundo, el fundador de Microsoft me miró con cara de asombro. ¿De veras creen eso?, me preguntó.






Si los latinoamericanos están satisfechos con sus sistemas de educación pública -tal como lo revelan las encuestas- la región está en problemas, señaló. El secreto del éxito educativo y tecnológico de países como China e India es la humildad, y cierta dosis de paranoia, me dijo Gates.

En efecto, Latinoamérica podría beneficiarse de una pequeña dosis de paranoia constructiva respecto a la educación, ciencia, tecnología e innovación.

Según una encuesta de Gallup y el Banco Interamericano de Desarrollo, los latinoamericanos están mucho más satisfechos con sus sistemas educativos que los estadounidenses, los alemanes o los japoneses, a pesar de que los países latinoamericanos figuran entre los últimos puestos en las pruebas estudiantiles y en los rankings internacionales de educación.

Mientras 85 por ciento de los costarricenses y 84 por ciento de los venezolanos están satisfechos con sus sistemas de educación pública, sólo 66 por ciento de los alemanes y 67 por ciento de los estadounidenses están conformes con los suyos, dice la encuesta.

Simultáneamente, cuando uno mira los resultados del test PISA de jóvenes de 15 años en todo el mundo, se encuentra con que mientras los estudiantes de Hong Kong, China, sacan un promedio de 550 puntos en matemáticas, los de Corea del Sur 542 puntos y los de Estados Unidos 483 puntos, los estudiantes de Brasil, México, Argentina, Chile y Perú sacan un promedio de 400 puntos, y en otros países de la región mucho menos.

En la educación superior y la investigación, las estadísticas son tanto o más preocupantes.

- No hay una sola universidad latinoamericana entre las 100 primeras instituciones de educación superior del mundo, según el "Ranking del Suplemento de Educación Superior del Times 2009-2010". Un ranking similar de la Universidad Shanghai Jiao Tong, de China, tampoco incluye a ninguna universidad latinoamericana entre las mejores 100, a pesar de que Brasil y México figuran entre las 13 economías más grandes del mundo.

- De todas las inversiones en investigación y desarrollo en todo el mundo, menos de 2 por ciento se realiza en Latinoamérica, según el Observatorio Iberoamericano de Ciencia y Tecnología (RICYT). Comparativamente, casi 30 por ciento de las inversiones mundiales para investigación y desarrollo se realiza en países asiáticos, añade el informe.

- Mientras China invierte 1.4 por ciento de su PIB en investigación y desarrollo -la mayor parte proveniente del sector privado- Brasil invierte tan sólo 0.9 por ciento; Argentina, 0.6 por ciento; México, 0.4 por ciento, y Colombia y Perú, 0.1 por ciento, respectivamente.

- En materia de investigación, mientras un país asiático relativamente pequeño como Corea del Sur, que hace apenas 50 años era mucho más pobre que la mayoría de los países latinoamericanos, registra 80 mil patentes anuales en todo el mundo, Brasil sólo logra registrar 600 patentes por año, México unas 300, y Argentina 80, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.

- Sólo 27 por ciento de los jóvenes latinoamericanos en edad universitaria están inscriptos en instituciones de educación superior, comparado con 69 por ciento de sus pares de los países industrializados, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

¿Puede América Latina remontar este rezago? Por supuesto que sí. Durante la investigación que realicé en los últimos cinco años sobre la educación en el mundo, encontré ejemplos muy concretos que podrían mejorar rápidamente la calidad educativa en toda Latinoamérica, y también en Estados Unidos.

Chile creó un fondo de 6 mil millones de dólares para otorgar 6 mil 500 becas anuales a graduados universitarios para que hagan doctorados -casi todos en ciencias e ingeniería- en las mejores universidades de Estados Unidos y Europa.

Uruguay se ha convertido en el primer país del mundo en darle una computadora laptop a cada niño en las escuelas públicas. En Brasil se ha generado un exitoso movimiento ciudadano que está impulsando mejoras en la calidad educativa. Los ejemplos esperanzadores abundan.

Pero el primer paso debe ser acabar con el triunfalismo -como el reflejado en la reciente declaración del Presidente mexicano Felipe Calderón de que México es una "fortaleza" educativa- y, como decía Gates, ser más humildes. Sólo así, con una sana dosis de paranoia constructiva, como la de los asiáticos, podremos vencer la complacencia, crecer más y reducir más rápidamente la pobreza.

Esta columna esta basada en el nuevo libro de Andrés Oppenheimer "¡Basta de Historias!: La Obsesión Latinoamericana Con El Pasado y Las 12 claves Del Futuro'' (Random House-Debate, 2010).

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