Leyenda de la política mexicana y de la inteligencia de Seguridad Nacional, reconocido como un hombre del sistema, Fernando Gutiérrez Barrios fue temido por los grupos guerrilleros de México por los brutales métodos de extermino que aplicó, a la vez que apreciado por priístas, panistas, perredistas y la alta jerarquía católica, aunque por lo mismo tenía entre sus principales adversarios a connotados personajes de dichos partidos y del clero.
Después de su muerte, ocurrida el 30 de octubre del 2000 a la edad de 73 años debido a complicaciones cardiacas, uno de sus amigos el ex senador priísta, Emilio Gamboa Patrón, definía que "Gutiérrez Barrios sin lugar a dudas se lleva secretos de Estado... que deberán merecer el respeto de la sociedad".
Algunas versiones sobre su muerte aseguraban que el ex capitán del Ejército Mexicano pudo haber sido víctima de las maquinaciones de priístas de primer nivel, a fin de prevenir ser investigados una vez que el veracruzano se integrara al gabinete presidencial de Vicente Fox.
Se comenta por diversos analistas políticos e integrantes del PRI, que Gutiérrez Barrios tenía en su poder archivos con información confidencial de lo más granado de funcionarios públicos federales, estatales y capitalinos; políticos de todos los partidos y personajes representativos de los diversos ámbitos del país, mismos que compiló durante todos los años que estuvo en la Secretaría de Gobernación, desde la Dirección Federal de Seguridad, donde ejerció como subsecretario y titular de la misma.
Apoyo de inteligencia
En el año 2000 durante los últimos meses de vida de Fernando Gutiérrez Barrios, cuando era senador por Veracruz, salieron a la luz pública las revelaciones del ex espía cubano Jorge Masetti, quien recuerda que "el sabueso del sistema" protegió y avaló las operaciones clandestinas de Cuba en México, protegiendo a G-2 (espías) desde la nómina del gobierno mexicano, y cerrando los ojos a cuanta acción realizaban durante el gobierno de Luis Echeverría.
El capitán del Ejército que se volvió policía tiene una historia de apoyo a movimientos de izquierda en América Latina. Es muy estimado, por la forma como lo trató cuando fue detenido en México, por el comandante Fidel Castro.
El pasado 8 de marzo el presidente cubano Castro Rus, durante la inauguración del Convento de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, en la Habana Cuba, recordaba su detención en México cuando Gutiérrez Barrios era director de la DFS y los dejó escapar.
"Han pasado 47 años, cuando una tarde de junio fui arrestado con algunos compañeros por agentes de una importante institución de seguridad mexicana. Su jefe era un joven oficial del Ejército Mexicano que nadie conocía entonces, Fernando Gutiérrez Barrios".
Añade Castro que "desde aquel imprevisto encuentro con el oficial de seguridad, surgió una amistad que duró hasta su reciente muerte".
En otra de sus facetas, los ex guerrilleros sudamericanos lo recuerdan con cariño porque evitó que los escuadrones de la muerte de las dictaduras del Cono Sur concretaran planes de ejecución contra varios de ellos. Y, en otros casos, intervino para evitar que fueran a la cárcel.
Pero lo que es menos conocido del hoy occiso Gutiérrez Barrios es que así como colaboró con el espionaje cubano, también lo hizo, de forma no menos personal, con el estadounidense. Durante años, Gutiérrez Barrios fue uno de los activos de la Agencia Central de Inteligencia, amigo de los jefes de estación desde los sesenta, protector de otros, como Edward Palmer, quien al retirarse de ser jefe de la oficina en México decidió quedarse en este país y fundar una agencia de protección de personalidades en el continente, o socio de otros, como Lawrence Sternfield, con quien tenía -aunque no aparece en el Registro Público de la Propiedad- una empresa de agronegocios.
Como activo de la CIA, como lo reconocen en el cuartel general de la agencia en Langley, Virginia, un suburbio de Washington, prestó servicios tales como proporcionarles información sobre las actividades de los países del bloque soviético, en el cual se incluía el país que tanto decía querer, Cuba.
El multicitado político veracruzano durante sus labores como encargado de inteligencia, puso prácticamente a disposición de la CIA a la DFS, que era la que debía entregarle la información de seguridad al gobierno mexicano y, de acuerdo con ex agentes de la CIA, llegaron momentos donde todo lo que se recababa por parte de los operadores mexicanos, pasaba primero por el quinto piso de la embajada de Estados Unidos, donde se revisaba, expurgaba y hasta entonces se entregaba, ya dosificada, la información al gobierno mexicano.
Llegó a ser tan intensa la colaboración de la DFS, que Nassar Haro, el lugarteniente histórico de Gutiérrez Barrios, se convirtió en una pieza clave del espionaje estadounidense. Su papel fue tan valioso para la compañía, que cuando un juez de California lo encontró culpable de encabezar una pandilla que contrabandeaba con autos en los setenta, intervino para que se sobreseyera el caso en la corte y jamás hubiera audiencias pues, argumentó la CIA, "podrían decirse cosas que ponían en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos". En traducción del lenguaje de los spooks, esto significaba que si Nassar Haro hablaba, podría comprometer la identidad de sus agentes.
Las revelaciones sobre su participación a favor de la inteligencia cubana, con su pasado de informante de la CIA, lo hacen ser para efectos prácticos del oficio un doble espía, alguien que realiza contraespionaje. Gutiérrez Barrios siempre fue conocido como una persona discreta, paciente, sabedor de que en un país sin memoria, todo lo que hizo se disuelve rápidamente y que hasta su muerte, se mantuvo activo y protegido
En sus dos últimos años de vida Fernando Gutiérrez Barrios, había dejado de confiar en la eficacia y capacidad del gobierno federal. Él mismo así lo reconoció al solicitarle a su familia que no permitiera que las autoridades federales intervinieran en las negociaciones con sus secuestradores en el año de 1998.
La PGR, el Cisen, la Judicial del Distrito Federal, Inteligencia Militar y todas las organizaciones policiacas paralelas, recibieron de Los Pinos órdenes -terminantes- de no intervenir y dejar que los "hombres de confianza" de Gutiérrez Barrios resolvieran el problema. Y es que, en efecto, el veterano político sólo confiaba en Miguel Nassar Haro para rescatarlo de sus secuestradores.
Y no estaba equivocado el ahora finado al confiar las negociaciones de su secuestro en las manos del ex director de la Federal de Seguridad. Dos semanas después de ser secuestrado saliendo de un restaurante en el Distrito Federal, Gutiérrez Barrios regresaba sano y salvo a su casa, gracias a quien fuera durante tres décadas su "brazo derecho" en materia de seguridad nacional: Miguel Nassar Haro.
Biografía Oficial
Fernando Gutiérrez Barrios nació en la ciudad y puerto de Veracruz, el 26 de octubre de 1927.
Egresado del Heroico Colegio Militar en 1947, retirándose en 1959 con el grado de capitán.
En 1952 se incorporó a la administración pública federal como Jefe de Control e Información de la Dirección Federal de Seguridad, de la que posteriormente fue Subdirector y en 1968 Director.
En 1963 se incorpora como miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI). De diciembre de 1970 a 1976 fue Subsecretario de Gobernación, cargo que le fue ratificado en diciembre de 1976 durante la gestión del Presidente Luis Echeverría Álvarez, mismo que desempeñó hasta el 30 de noviembre de 1982 (12 años duró en el cargo).
En diciembre de 1982 fue nombrado Director General de Caminos, Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos. El 22 de abril de 1986, fue postulado por los tres sectores del Partido Revolucionario Institucional como candidato a la gubernatura del Estado de Veracruz, ganando las elecciones y tomando posesión como gobernador Constitucional el 1 de diciembre de ese mismo año para el periodo.
Falleció en la ciudad de México, el 30 de octubre de 2000, siendo senador de la República.
Fuente: Datos tomados de la pagina del gobierno de Veracruz.
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